viernes, marzo 13, 2009

Kafka en la orilla

Haruki Murakami (Kioto 1949)

Hay dos personajes principales, ambos varones. El primero, Kafka Tamura, se va de casa de su padre el día en que cumple quince años.
El día de mi decimoquinto cumpleaños es la fecha ideal para irme de casa. Antes es demasiado pronto y, después, tal vez sea ya demasiado tarde.
De su padre apenas sabemos que es un famoso escultor, que algún tiempo después de marcharse Kafka es asesinado y que fue abandonado, cuando Kafka era muy pequeño, por su madre y su hermana.
Parte sin rumbo fijo. Guiado por las circunstancias, las personas con las que se cruza y por su instinto acaba en Takamatsu, al sur de Japón. Se instala en una biblioteca solitaria y se hace muy amigo del bibliotecario, que luego resulta ser … (Eso es ya contar demasiado) La dueña de la biblioteca, la señora Saeki, tuvo en el pasado mucho éxito como compositora de un único tema: “Kafka en la orilla” También juega un papel importante en la vida de Kafka.
Como ya habrás deducido, la tragedia de Edipo se deja ver que da gusto.
El otro gran protagonista es Satoru Nakata. De niño, durante la segunda guerra mundial, sufrió un accidente.. En una excursión escolar por el bosque, sus compañeros y la maestra, cayeron en coma; pero sólo Nakata quedó con secuelas. Sufre una especie de amnesia y tiene dificultades para expresarse y comunicarse..A cambio recibe una habilidad especial para comunicarse con los gatos. A los sesenta años, pobre y solitario, abandona Tokio tras un incidente y emprende un viaje que lo llevará a la biblioteca de Takamatsu, acompañado de un camionero que abandona su trabajo para ayudarlo.
Es un libro que me gusta porque consiguió conmoverme de verdad. Como si Murakami mismo estuviese revolviendo en mi interior con un atizador. Así de salvaje. Son casi seiscientas páginas. Está tan bien escrito (y la traducción es tan buena) que se lee con placer. Los personajes, todos misteriosos, son muy entrañables. Me gusta mucho el Realismo mágico y tal vez sea por eso que me gusta tanto este libro. Ocurren hechos completamente alucinantes y no chirrían porque están narrados como si fuesen lo más normal del mundo: de repente llueven sardinas y caballas, Nakata habla con los gatos, una noche aparece cierto espectro… y nadie se sorprende.
Por otra parte, las descripciones son estupendas y las referencias musicales y literarias no tienen desperdicio. Un lujo.
La imaginación y los sueños son poderosos. Se puede intentar controlar la imaginación, pero los sueños son absolutamente libres.
Miguel Ángel López, Profe de Matemátcias

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